En la actualidad, las empresas y organizaciones de todo tipo se
encuentran inmersas en una vorágine de cambios, proporcionados por el entorno. En esta situación puede
resultar un tanto confuso e
impredecible el perfil del directivo requerido para conducirlas. Aquí es preciso aclarar el término
directivo.
De acuerdo con el Diccionario de la Real academia Española, dirigir
tiene , entre otros, los siguientes significados : enderezar, llevar rectamente una cosa hacia un término o
lugar señalado ; guiar,
mostrando las señas de un camino ; encaminar las intenciones y las operaciones hacia un determinado fin ;
gobernador, regir, dar reglas para el manejo de una dependencia, empresa o pretensión .Por tanto, en las
empresas tradicionales, el
término directivo se aplica a las personas localizadas en la cúpula de las mismas: los dueños y los
gerentes.
Por tanto, en las empresas tradicionales, el término directivo se
aplica a las personas localizadas en la cúpula de las mismas: los dueños y los gerentes.
En cambio el pensamiento moderno, estrictamente
hablando todos los miembros de la empresa o la organización son directivos pues todos la dirigen hacia el
cumplimiento de la
visión y la misión respectiva. Razón suficiente resulta la anterior para intentar delinear, aun cuando de
manera burda, una serie de competencias necesarias para llevar a cabo las tareas de elevar la competitividad,
mediante el alto
desempeño humano, así como incrementar la calidad de vida. Los estudiantes de hoy son los profesionales y
directivos del mañana, por lo tanto, es de vital importancia prepararlos para sus papeles venideros. El
directivo del futuro se verá
cada vez más requerido para poner en juego todas sus facultades y potenciales humanas, así como para
proporcionar el florecimiento de las de sus asociados. Este es uno de sus máximos retos. Por ello, la
intención al delinear el perfil del
profesionista o el directivo del futuro es colocar el énfasis en dicha formación integral.
No pueden dejarse de lado los contenidos
teóricos y conceptuales respecto al conocimiento ocupacional y profesional. Sin embargo, no son suficientes
para solventar con éxito los
tremendos desafíos del porvenir y del presente. Por el contrario , se requiere que todos los seres humanos, en
especial los profesionistas, sean capaces de hacer surgir todas sus facultades, guiados siempre por principios
rectores y
sociales del comportamiento a fin de hacerlo más fructífero. Tal pretensión implica modificaciones
sustanciales a la manera actual de trabajar así como de enseñar y aprender. Se requerirán métodos
participativos en donde los trabajadores y
profesionistas, así como los profesores y estudiantes, aprendan por igual los contenidos, habilidades y
valores ligados con la realidad.
Si se parte de las trasformaciones anteriores,
¿Cuáles competencias se requerirán, como mínimo, de los futuros directivos en las organizaciones, sean del
sector público o del
privado? (Por competencias se entiende aquí el conjunto de conocimientos, experiencias, habilidades, valores y
actitudes que facultan a una persona para lograr un alto desempeño en el trabajo, o en una acción). Los
valores constituyen los
principios rectores de dicho trabajo o acción. Tradicionalmente aspectos tales como el cumplimiento de las
normas legales o el conocimiento de loas aspecto financiero, económico, técnico y así sucesivamente se han
incluido ya con vastedad
en muchos programas de estudio e, inclusive, en programas de formación para directivos. El énfasis no debe
colocarse en la trasmisión del conocimiento sino en la formación integral (Como lo indica la legislación
educativa mexicana vigente),
comprendiendo la adquisición de habilidades y valores incidentes sobre el comportamiento, algunas de las
cuales se señalan en seguida.
El desconocimiento de otro idioma implica estar
rezagado muchos años. Los últimos acontecimientos, descubrimientos, técnicas, etc. Se publicaran
principalmente en revistas
escritas en inglés. Muchos artículos y libros nunca llegan a traducirse al español. El correo electrónico
internacional y las fuentes de información e intercambio incluidas en ese servicio no están disponibles en
toda su amplitud para quien
no puede leer, por lo menos, el inglés. Antes de otra lengua, desde luego, el directivo debe manejar con
soltura el español. Desgraciadamente, en la actualidad muchos profesionistas son casi incapaces de escribir o
lo hacen múltiples fallas
sintácticas (para no mencionar las ortografías.). La preparación de propuestas informes ejecutivos en donde se
plasmen las ideas principales constituye una necesidad imperiosa. A un cuando muchos procesadores de la
palabra en la computadora
puedan verificar la ortografía, no alcanzan a discernir la sintaxis ni la lógica de la expresión escrita.