Uno de los principales objetivos que deben trazar las empresas es el
diseño de un esquema organizativo que verdaderamente funcione, pues las fallas tanto en los recursos humanos
como tecnológicos
muchas de las veces es producto de la falta de generación de estrategias que incentiven a todos los actores
del proceso productivo a obtener las condiciones para evitar fallas y contratiempos de cualquier tipo.
Existen cinco principios o paradigmas provenientes de Japón que,
implementados a nivel organizativo o personal, pueden contribuir enormemente a mejorar el contexto en que se
desarrollan las labores
cotidianas. Dichos paradigmas consisten en llevar a la práctica lo siguiente:
A) Clasificar (seiri): Debemos esforzarnos por
mantener nuestra área de trabajo libre de cualquier objeto o elemento que no sea necesario y nos impide llevar
a cabo nuestras
labores. Principio: Desechar lo que no se necesita.
B) Ordenar (seiton): Una vez que hemos
clasificado los objetos o elementos que no nos serán útiles tenemos que ponerlos en orden para que se puedan
localizar con facilidad.
Principio: Un Lugar para Cada cosa y cada cosa en su lugar.
C) Limpiar (seiso): Este principio sirve para
eliminar la suciedad de los instrumentos de trabajo. Supone además que durante la limpieza se detecten
averías, fallos y defectos en los
equipos y en el sistema productivo en general. Principio: La Limpieza en el sitio de trabajo y los equipos,
Prevención de la suciedad y el desorden.
D) Estandarizar (seiketsu): Cuando se alcanzan
los logros a partir de los principios anteriores, éstos tienen que mantenerse o estandarizarse de manera
habitual, porque si no,
se pierde cualquier progreso alcanzado. Principio: Preservación de los elevados niveles de organización ,
Orden y Limpieza.
E) Disciplina (shitsuke): Una vez que se ha
comenzado a utilizar y se estandarizan las metodologías establecidas en cada uno de los principios anteriores,
garantizando con ello
su respeto a través de la disciplina por parte de administradores y operarios. Principio: Creación de Hábitos
Sustentados en las cuatro anteriores.
Como bien puede observarse, la implantación de
estos paradigmas presupone tener la disposición de desplazar hábitos negativos por otros que verdaderamente
permitan ordenar los
instrumentos de trabajo y crear un ambiente propicio para que las labores se realicen de manera sistematizada,
en aras de aumentar la productividad y el cumplimiento puntual de objetivos.