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Los empleados tienen un enorme impacto en el éxito de toda empresa.
Si hacen un trabajo increíble, la compañía avanza; por el contrario, si los empleados se desempeñan
mediocremente, el negocio se
estanca.
¿Pero cómo puedes saber si tu equipo está teniendo o no un buen
desempeño? La respuesta es bastante sencilla: estableciendo metas y métricas para cada empleado. Al fijar
objetivos, tu personal sabe
por qué trabajar y hacia dónde ir. Y al medir su desempeño en cuanto al cumplimiento de esos objetivos, tú y
ellos sabrán si van por buen camino.
Establecer metas y métricas no siempre
es fácil. Te compartimos algunos útiles consejos:
Es mucho más motivante para los empleados el hecho de fijar sus
propios objetivos, en lugar de simplemente dictárselos. Así que pídeles que establezcan sus metas, evalúalas y
apruébalas o modifícalas
cuando sea necesario.
Debes asegurarte que cada miembro de tu equipo mantenga el control
sobre la posibilidad de lograr o no sus metas. No fijes cosas que no puedan cumplir, ya sea por falta de
recursos, porque estén
fuera de su alcance o dependan de un tercero y de la situación del mercado.
Como mínimo, tus empleados deben establecer metas mensualmente,
aunque podrías considerar hacerlo en un periodo semanal e incluso diariamente. Lo que es esencial es que la
meta esté atada a un
periodo específico de tiempo. De forma similar, estas metas deben ser medibles con métodos claros y
predeterminados. De no ser así, ni tú ni tu equipo sabrán si se han cumplido, lo que puede afectar su
motivación y disminuir la moral.
Los empleados necesitan establecer tanto metas grandes, destinadas a
alcanzarse en el largo plazo y que identifiquen lo que desean cumplir en el futuro, como metas más pequeñas
que puedan conseguirse
en poco tiempo y que signifiquen pasos para llegar a las grandes. Por ejemplo, un vendedor podría fijarse la
meta de lograr $100,000 en ventas mensuales. Para alcanzarla, podría establecer otras que le permitan
obtenerlo como realizar 100
llamadas diarias a nuevos prospectos, 25 a clientes pasados y generar 20 propuestas nuevas. Al definir y
monitorear estas metas más alcanzables, los empleados mantienen un mayor enfoque en su trabajo y son más
productivos.
Reúnete con tu equipo en una junta grupal al inicio de cada mes. En
esta reunión, cada miembro del equipo debe exponer las metas que alcanzó el mes pasado, cuál fue su desempeño
y cuáles son sus
metas para el próximo mes. Esta clase de juntas ofrecen una retroalimentación y colaboración positivas, que
sirven para que los miembros del equipo mejoren su desempeño en aras de obtener la satisfacción de compartirlo
con el resto del
equipo.
Tus trabajadores deben ser capaces de ver resultados en sus metas al
menos diariamente. Hacer esto les permite entender cómo están progresando y qué cambios deben realizar para
conseguir los
objetivos a largo plazo. No hacerlo sería similar a no decirle a un atleta el marcador sino hasta que termine
el partido. En cambio, hacerlo les dará una oportunidad de modificar su estrategia y desempeño según si van
perdiendo o
ganando.
Para algunos roles, como las ventas, las metas
son fáciles de desarrollar. Pero en otros puestos, esto puede ser mucho más retador ya que no son del todo
obvias o cuantificables.
Para superar esta situación piensa el escenario ideal en el que la persona realizaría un excelente trabajo que
contribuya al bien de la empresa.
Al alinear las metas de la empresa con las de
los empleados, y proveyendo visibilidad en tiempo real para permitirles saber su progreso, tanto tu empresa
como tu fuerza laboral
se verán beneficiadas.
Fuente: www.managementjournal.net/
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