Se ha comprobado que un líder; en cualquier organización, resulta de
vital importancia por su capacidad de establecer objetivos y estrategias que estén orientadas a la mejora de
los procesos de la
empresa y, por consiguiente, su competitividad.
El liderazgo estratégico desarrolla planes que darán resultados
inmediatos y, al mismo tiempo, mantiene las metas de largo plazo que pueden mejorar y hacer crecer la
organización.
El líder es fundamental para la planeación estratégica, ya que dicha
planeación necesita direccionamiento de tres aspectos necesarios para una adecuada realización:
1.-Formulación de la estrategia: Identificación
de las fortalezas y áreas de oportunidad que requiere la organización. Llevar a cabo el establecimiento de los
objetivos a largo
plazo, la implementación de estrategias alternas y definir estrategias o curso de acción para alcanzar la meta
de la organización.
2.-Implementación de la estrategia: Establecer
objetivos anuales dentro de la empresa, motivación del empleado, proyectar políticas, la asignación de
recursos para que las
estrategias implementadas puedan establecerse en la organización, a la par de acciones, responsabilidades y
tiempos para poder realizar su implementación estratégica.
3.-Evaluación de estrategias: Revisión de los
factores, tanto internos como externos, que cimenten las estrategias actuales. Se mide el desempeño en general
para poder tomar las
responsabilidades y acciones pertinentes para la mejora de los procesos de la organización.
La mejora continua, y sobre todo un líder que realiza un plan
estratégico, tienen un efecto positivo en diversos aspectos de la competitividad de las organizaciones.
Hoy en día los negocios, y el entorno donde se
desarrollan, son cambiantes, por lo que los lideres tienen que estar al pendiente de estos cambios para poder
lograr que las metas
y los objetivos propuestos sean cumplidos.