Muy buena parte de las actividades empresariales requiere la
realización de contratos que garanticen legal y debidamente el cumplimiento de obligaciones que se contraen al
interior y al exterior de
cualquier fuente de trabajo.
Sin embargo, es evidente que la realización de
los contratos no es una tarea sencilla, pues cuando su contenido no se determina de manera apropiada puede ser
el preámbulo de
muchos problemas que impacten tanto en la administración como en el funcionamiento completo de cada
organización.
1.- Siempre es importante
cerciorarse del tipo de contrato que se pretende realizar, pues cada uno tiene particularidades muy concisas
que exigen seguir diferentes
lineamientos. De tal suerte, no es lo mismo un contrato mercantil que un contrato civil, un contrato de
seguros que un contrato laboral, un convenio o un contrato de adhesión.
2.- Una vez ubicado el tipo de
contrato que se tiene que realizar es muy recomendable tener presentes las bases legales en que se debe
fundamentar el contenido del
contrato. Todos esos elementos se encuentran presentes en leyes federales y locales, y es sumamente
importante atender sus disposiciones para efectuar acuerdo de voluntades lícito y efectivo.
3.- Cada una de las partes que
intervienen en un contrato debe estar consciente del alcance de las cláusulas fijadas por las partes. Es
preciso saber que hay
cierta clase de estipulaciones cuya existencia o ausencia puede derivar en la nulidad e incluso la
inexistencia del contrato como acto jurídico.
4.- Todo lo anterior supone dar a
la celebración de contratos la relevancia que le corresponde, y con ello se puede âblindarâ o asegurar tanto
su legalidad como
las actividades a que se obligan cada uno de los contratantes, de manera clara y con plena certeza
jurídica.
Como se observa, más que hacer referencia a un blindaje contractual
para obtener ventajas particulares, las empresas requieren obtener conocimientos en el ámbito legal que
permitan realizar
documentos claros y funcionales que se puedan llevar la práctica de manera eficaz.
Además, las pautas anteriores son determinantes para agilizar los
procesos administrativos y operativos de las empresas, pues el hecho de conocer las características de los
contratos implica
realizar transacciones y acuerdos en forma más rápida y funcional, por lo que se pude incrementar la
productividad y el alcance operativo de cada organización.
Finalmente, desde el punto de vista legal, una
buena gestión contractual de las empresas determina la calidad de los compromisos que se adquieren, que
mientras mejor se
estructuren contribuyen a otorgar armonía a las relaciones entre clientes, proveedores, asesores externos,
trabajadores, patrones y toda persona que se relacione con la actividad productiva o de servicios que se
oferta al público.