La elevada tasa de paro no tiene que significar
que el trabajo de los reclutadores sea más fácil.
La función de reclutamiento, como todos sabemos,
ha sufrido una transformación brutal en los últimos años, gracias en gran parte a las nuevas tecnologías. Sin
embargo, hay cosas
de este trabajo que no han cambiado, y que no deben hacerlo a pesar de que varíen los métodos de selección.
Raj Sheth, colaborador de Ere.net, recoge cinco aspectos que no debemos abandonar.
Las conexiones se han convertido en algo que se
limita al clic de un ratón, pero en realidad, es mucho más que esto. Los reclutadores que están todo el día
sentados detrás de la
pantalla, han perdido lo que les atrajo de este sector, que son las personas. Las relaciones por teléfono, por
videoconferencia o cara a cara, son las que permiten acertar en un proceso de selección.
Sólo tenemos que activar una cadena de
buscadores booleanos para encontrar a una persona que cumpla con las especificaciones de la vacante que nos
disponemos a ocupar. Pero los
candidatos más excelentes no suelen estar buscando trabajo, así que cuando buscamos a una persona que encaje
perfectamente en un puesto, tenemos que esmerarnos en la búsqueda, con la ayuda de la tecnología, claro, pero
con aquella
tecnología que nos permita aplicar al máximo nuestras habilidades.
Antes de que se pudiera saber todo sobre una
ciudad o una región en línea, la gente era mucho más reticente a trasladarse a lugares lejanos y remotos. Como
reclutador, si la
persona que más te encaja vive en otra región, o incluso en otro país, hay que saber venderle el puesto, la
empresa y si hace falta el estado entero, ni que sea por una entrevista. Los reclutadores que aún mantienen
estas habilidades, son
los que consiguen un mejor talento para su empresa.
Es básico arriesgar y atreverse a preguntar
fuera de LinkedIn, utilizando Twitter, el teléfono, o incluso saliendo a la calle. Dados los elevados datos de
paro, estas vías se
subestiman, pero siguen siendo básicas a la hora de encontrar y analizar a una persona, sobre todo si ya lo
sabemos todo de su currículum antes de que entre en nuestro despacho.
Los reclutadores con cierta experiencia ya han
vivido otras burbujas y superado otras recesiones. âLas situaciones frustrantes como la incertidumbre en la
que vivimos hoy en día
tienen que generar en nosotros esta actitud de persistencia, de seguir haciendo nuestro trabajo con
excelencia, y esto se integrará en nuestro ADN y en el de las personas que contratamosâ, concluye Sheth.
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Fuente: http://www.equiposytalento.com/
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