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Los 7 Paradigmas que imposibilitan brindar calidad en nuestro servicio al cliente


Dentro de las organizaciones empresariales, es de capital importancia brindar a nuestros clientes un servicio de altísima calidad que desemboque en su fidelización a los productos o servicios que les ofrecemos cotidianamente.

Además, la calidad de nuestro servicio envuelve hacer a un lado formas de pensamiento que entorpecen u obstruyen francamente nuestro compromiso de servicio.

Estas formas de pensamiento, o paradigmas, básicamente pueden consistir en las siete consideraciones siguientes:

1.-Basta con que el cliente reciba una buen servicio para conseguir su fidelización: No es lo mismo servicio que atención. Un cliente puede recibir un muy buen servicio y aun así no ser atendido debidamente. Para que el cliente quede satisfecho, tanto el servicio como la atención al cliente deben ser excelentes.

Paradigmas en calidad de servicio.

2.-No es necesario formar ni capacitar a quienes brindan servicio al cliente, basta con una buena actitud: Para que un cliente reciba un servicio de calidad debe percibir un trato digno, y este solo puede derivar de un proceso sistemático y organizado en el que se eche de ver el profesionalismo de todos nuestros trabajadores.

3.-Solamente los encargados de atender al cliente son responsables de que este quede satisfecho: Ese pensamiento es erróneo, pues los clientes pueden darse cuenta a la perfección del funcionamiento interno de una empresa y captar cuando se trabaja inadecuadamente. Por ejemplo, si se le hace esperar demasiado, se maneja incorrectamente alguna queja o se deja de dar seguimiento a un proceso, el cliente obtendrá un mal concepto de la organización.

4.-La calidad la determina solamente el producto o servicio que se entrega: Esto no puede tomarse como válido de manera alguna, ya que los clientes valoran mucho más recibir una buena atención que los satisfactores materiales que las empresas ofrecen.

5.-Es más importante invertir en publicidad que en mejorar los esquemas de calidad en nuestro servicio: Quienes piensen de esa manera terminarán realizando gastos mayores en corregir los vicios favorecidos por dar más importancia a los mecanismos publicitarios. Cuando existe calidad en el servicio, nuestros clientes se convierten en publicidad gratuita para nuestro negocio.

6.-Tenemos que concentrarnos en realizar un trabajo perfecto antes que en la calidad del servicio que se da al cliente: Cuando nos esforzamos por darle prioridad a nuestros clientes, estos pueden ser más comprensivos y pacientes, incluso cuando se les hace esperar o suceden fallas en nuestros procedimientos.

7.-Si creo sistemas y estándares rígidos de servicio, estos me permitirán atender rápida y eficazmente a los clientes: No necesariamente, pues esto puede llevar a mis trabajadores a atender con “robotitis” de manera fría e impersonal. Mis esquemas de servicio, más bien, deben ser flexibles y adecuarse al tipo de cliente que no visita, de tal manera que se le pueda escuchar y trabajar para él con mucho gusto, esmero y respetando su dignidad. 

De los numerales expuestos, extraemos principios elementales para dar un servicio que permita distinguirnos de nuestros competidores, a la vez que establecemos relaciones duraderas con nuestros clientes y como resultado fortalecemos nuestra actividad empresarial.