Una evaluación por lo general culmina con una entrevista de
evaluación. Se trata de una entrevista en la que el supervisor y el subordinado repasan la
evaluación y hacen planes para remediar las deficiencias y para reforzar los puntos fuertes. Las
entrevistas de este tipo pueden
ser incómodas, porque a casi nadie le gusta proporcionar o recibir retroalimentación negativa. Por lo mismo,
son esenciales la buena preparación y la instrumentación eficaz.
Si el empleado no es satisfactorio y la situación no se puede
corregir, por lo general no es necesario tener una entrevista de evaluación. El desempeño deficiente de la
persona es tolerado por ahora,
o la persona es despedida.
*Satisfactorio: merece un ascenso. En
este caso, el desempeño de la persona de la persona es satisfactorio y tiene un
ascenso por delante. Ésta es la más fácil de las tres entrevistas de evaluación. Su objetivo será discutir los
planes para la carrera de la persona y elaborar un plan de acción específico para el desarrollo educativo y
profesional que
necesita pasar para el siguiente puesto.
*Satisfactorio: no merece
ascenso. Esta entrevista es para los empleados que tienen un desempeño satisfactorio, pero
que
no pueden recibir un ascenso. Tal vez no haya espacio en la compañía. Algunos empleados también podrían
estar contentos donde están y no quieren ascender. En este caso su objetivo no es mejorar ni desarrollar a
la persona, sino mantener
un desempeño satisfactorio.
No es nada fácil. La mejor opción suele ser encontrar incentivos
que sean importantes para la persona y suficientes para mantener su desempeño satisfactorio. Éstos pueden
incluir más tiempo libre,
un pequeño bono, más autoridad para manejar un trabajo ligeramente ampliado y refuerzo.
*Insatisfactorio: debe corregirse.
Cuando el desempeño de la persona es insatisfactorio, pero se puede corregir, el
objetivo de la entrevista es plantear un plan de acción para corregir el desempeño insatisfactorio.
Fuente: Libro de Administración de personal
Autor: Gary Desseler